Refutando a los filósofos
Ciertos filósofos se agruparon y comenzaron a peregrinar de un territorio a otro, entablando eruditas disputas con los sabios locales.
Cuando llegaron al pueblo donde vivía Nasrudín el gobernador del lugar hizo llamar al Mulá para que los enfrentara, pues todos los intelectuales que los habían confrontado antes resultaron siempre vencidos por estos extranjeros.
-Seria mejor que antes hable con aquellos que han disputado con los filósofos (díjole el gobernador) para que así pueda hacerse alguna idea de sus métodos.
-De ninguna manera (respondió el Mulá), cuanto menos sepa sobre sus métodos de pensamiento, tanto mejor, porque no pienso como ellos y porque tampoco quedaré aprisionado por sus artificialidades.
La contienda se llevó a cabo en un gran salón, ante gran multitud venida desde lejanos y cercanos lugares.
El primer filósofo se adelantó para iniciar la controversia:
El Mulá señaló con su lápiz el lugar donde estaba su burro:
-El centro exacto de la tierra es el centro del sitio sobre el cual mi burro tiene su pata.
-¡Al contrario, rebátalo usted! Consiga una cinta de medición.
El segundo filósofo preguntó:
-¿Cuántas estrellas hay en el cielo?
Nasrudín de inmediato replicó:
-Exactamente la misma cantidad de pelos que tiene mi burro. Quien no lo crea, está en libertad de contar unas y otros.
El tercer filósofo dijo:
-¿Cuántas son las vías de la percepción humana.
-No es difícil (dijo Nasrudín), exactamente tantas como pelos hay en su barba y si usted quiere se las demostraré una por una, mientras se las vaya arrancando.
Los filósofos consultaron entre ellos y concluyeron que sus especulaciones teóricas no resistirían pruebas lógicas o cuantitativas y de común acuerdo se enrolaron como discípulos de Nasrudín.
Esta es una historia muy graciosa y me trajo una idea a la mente ; escuchen; si creen en algo ese algo es falso, pero no es que nada exista; solo que las cosas existen y no; por eso sera verdad todo aquello que ustedes crean que es verdad. Pero no olviden; son verdades las nuestras y son verdades las de los demas; por ello al enfrentarse las creencias acepten e incluso procuren entender lo que el otro dice; ese es el camino para percibirlo todo en su real magnitud; llamenlo sabiduria tambien.
** Queridos este es una historia sacada de " Las ocurrencias del increíble Mulá Nasrudín " un libro de Idries Shah; les sugiero que lo lean porque es muy divertido.


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