-Ven- le
dijo ella tomándolo de la mano - Vamos a pedir un deseo. Lo alaba del brazo mientras
atravesaban el parque como si fuese un niño pequeño, sin que el opusiera
ninguna resistencia. Ella no se daba cuenta de la situación en que estaba su
acompañante, perdido en su sonrisa ligera, en su voz de melodía entusiasta y en
la alegría de su cabello flotando sin preocupaciones a la luz del atardecer. Lo
condujo hasta la pileta, plantándose de
golpe con una risa infantil y quedo
mirándolo divertida apreciando su rostro de impavidez.
- Pídelo ahora - le dijo insistente. Volviendo
algo en si, rebuscó en su bolsillo y encontró una moneda, se fijo en ella un
momento; brillante y completamente indiferente en la palma de su mano;
sonriendo ahora él también, levanto su mirada al cielo y cerró los ojos. Ella
no lo interrumpió, aunque estaba impaciente, hasta que él lanzo su moneda y
pidió su deseo en silencio.
-¿Que
pediste? - preguntó ansiosa con un brillo muy cómico en los ojos. ¿Cómo podía
negarle nada?, y aun así le respondió - No te lo podre decir. Ella hizo un
mohín de completa frustración, mientras el reía con la mirada fija esta vez en
el fondo de la pileta donde se quedaría su moneda.
-No te lo
diré por si eso ayuda de alguna forma a que lo que pido se cumpla – pensó, mirando
de reojo el perfil amado - pido demasiado, y tal vez sería mejor hacerte el pedido a ti
que a la suerte. Lo que desearía es que el tiempo no se lleve el candor de tu sonrisa,
que lo que veas mientras vivas no pierda la inocencia de tus ojos, desearía que
el observar los atardeceres te sea siempre objeto de alegría y no de recuerdos
y melancolías, no temo aceptar que aun puedo ser más arrogante, pero quiero que
tu corazón no deje de creer en fuentes y monedas de deseos y que aun a pesar de
los días brillantes a los que continúen largas noches inciertas y obscuras, sol de mi alma, seas fuerte.
Escrito por Jana :3
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